jueves, 3 de febrero de 2011

Enseñanza.

Como hijo te avergoncé al irme de tu casa,Dije que no eras buen padre,Que mi autosuficiencia bastaba.Me lance a nuevos rumbos,Desconocidos, deslumbrantes,Sin sentido mi dote daba.Y a lo lejos tu esperabasA este hijo sin casa.
Por cobardía, por soberbia,no mire hacia tu casa,Estaba enceguecido y en el barro me revolcaba.Miraba los animales que se alimentabanY yo solo era una sombra que tu amorY tus brazos extrañaba.
Regresare para alimentarme,No importa que no sea un hijoSi esclavo me llamas.No importa si soy siervoSi puedo vivir en tu casa.Mi camino de regresoDoloroso se tornabaAl ver todas las posabas,Donde mi alma despojadaHabía sido saqueada.Con caminar apesadumbradoA tu casa me acercaba,Con mil argumentos que mi mente preparaba.Yo no te veía aun,Pero tu a lo lejos me mirabas;Reconociste en la sombra al hijo que amabas.Saliste corriendo y mi camino se acortaba.Yo lloraba de tristeza, de vergüenza;Tu de felicidad llorabas.Esa tarde mis ojos hablaban:Perdóname! No, no digas nada.Y un abrazo profundo me estrechabas,Y en tus brazos mi almaSus penas en lagrimas enjugaba.Al oído me decías: No llores,Es una fiesta. Tu eres MI HIJO y esta es TU CASA.